La república desconocida...


Seis bustos en busca de autor

Texto de Diego Leandro Marín Ossa, con fotografías de Jackelin Castaño Cadavid.


Ellos son seis, en diferentes latitudes de la ciudad permanecen al aire libre y a la vista de todos. De rasgos masculinos, perfiles ilustres y sin extremidades, los bustos que en otra época fueron símbolos de la tradición cívica de la ciudad, hoy fungen como objetos decorativos, un grupo de piezas que hacen parte del paisaje urbano, los parques y las avenidas donde se encuentran emplazados. Hacia 1995 el maestro Manuel Guillermo Cantor Sánchez (q.e.p.d.), registra en las páginas del texto Arte público en Pereira, la existencia de los retratos escultóricos: Benito Juárez (1), Rafael Uribe Uribe (2), Oscar Terán (3), Jorge Eliecer Gaitán (4), Jorge Roa Martínez (5) y Juan Pablo Agudelo (6), como memoria visual de lo que hoy se podría denominar la república desconocida.


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Estas figuras hacen parte del arte público, el cual se ha utilizado desde la antigüedad en imperios, reinos y ahora en las repúblicas como refuerzo simbólico de autoridad. Entre otras cosas ha cumplido con una función referencial con respecto a los poderes dominantes y al régimen establecido. Pero si los bustos de próceres de la independencia hacen parte del paisaje urbano desde el siglo XIX en Latinoamérica, como un fruto icónico de las revoluciones que abren camino a la modernidad y al desarrollo capitalista, sus antecedentes se remontan a los retratos escultóricos de los etruscos y los romanos, quienes usaron la mascarilla funeraria y las imagines maiorum, en las que en lugar de plasmar al héroe idealizado como sucede en los bustos, en estas se perpetuaba al mortal cuyo ser se diluía bajo la sutil crónica de una vida: cicatrices, rasgos y cada pliegue de la piel daban forma al testimonio de su existencia.

Tal es la fuerza espiritual de las imágenes profanas y divinas usadas en la antigüedad, que España recibe esta herencia y la trae a las Américas, junto con otras formas de conquista y colonia del pensamiento visual, que en últimas se constituyeron en íconos de cohesión social, en ocasiones como lugares de confrontación política y formas de representar a ciudadanos modelo, cuyas vidas sirvieron de guía a las generaciones de antaño, regidas por los valores éticos y políticos dominantes.

Hoy en Pereira pocos recuerdan los nombres, las fechas, los autores de los bustos y lo que representan. No es claro que institución se encarga de su mantenimiento, aunque sea para conservarlos en el museo de los olvidados. No existe entidad alguna que responda por este patrimonio cultural. Por otro lado la ciudadanía ya no sabe qué valor albergan estas obras, o por lo menos ya no lo recuerdan. En cuanto al estado de conservación de los bustos, uno de ellos está cubierto por hongos, tres se encuentran rayados con pintura, y dos están emplazados sobre pilas de ladrillos sin un concepto plástico que concuerde con dichas obras, con el tiempo han quedado a la deriva como piedras abandonadas. Tan solo el busto de Jorge Roa se encuentra en buen estado y en un lugar digno de lo que representa, ubicado en una plazoleta al interior de la Universidad Tecnológica de Pereira. Aún así, entre los seis, el de Benito Juárez es el único que tiene una placa que explica en parte el significado que posee.

Si es que estas imágenes ya no representan lo que significaron en otro tiempo cabe preguntarse: ¿acaso aquellos ídolos cívicos y republicanos representados en los seis bustos de Pereira, se han desvanecido en la memoria urbana que les otorgó un sentido en los actos cívicos, conversaciones y publicaciones de otra época? Lo que es cierto es que cada retrato escultórico fue creado para rendir tributo a seis benefactores de una sociedad que, independiente de las contradicciones de la condición humana, soñó con un mundo libre, fraterno y justo, y es posible que al ubicarlos en diferentes lugares de Pereira, sirvieran de testimonio para indicar en aquella época, que en el corazón cívico de Colombia, existe una tierra cuyo refugio acogió a seres de toda condición. Una mirada breve sobre lo que representa cada escultura así lo indica:



Benito Juárez (1806 – 1872), su busto fue ubicado en 1958 en la Av. 30 de agosto entre calles 32 y 33. Desde comienzos del siglo XIX su extensa carrera política lo llevó a ocupar numerosos cargos, entre ellos la presidencia de los Estados Unidos de México. El 2 de mayo de 1865 el congreso de los Estados Unidos de Colombia, le rinde homenaje disponiendo de su retrato en la Biblioteca Nacional en Bogotá y otras ciudades.



Rafael Uribe Uribe (1859 – 1914), busto realizado por Francisco Antonio Cano, está ubicado desde 1924 en el parque El Lago, calle 24 entre carreras 7ª y 8ª. Abogado, periodista, diplomático y militar nacido en Antioquia. Tanto en vida como después de su muerte inspiró un pensamiento liberal de izquierda dirigido a la construcción de un Estado social y a la protección de los trabajadores y población vulnerable.



Óscar Terán (1868 – 1936), su busto está ubicado en la Av. 30 de agosto entre calles 25 y 26, al frente del edificio del DAS. Este abogado y político fue el único panameño que se opuso al movimiento separatista y conservó su nacionalidad colombiana, a través de intensos debates como el publicado el año de su muerte y que titula Del tratado Herrán-Hay al tratado Hay-Bunau Varilla, uno de los tres textos que hace parte de la llamada “leyenda negra” de la separación de Panamá. La escultura fue donada por el Club Rotario de Pereira.



Jorge Eliecer Gaitán (1903 – 1948), realizado por Alexandra Ariza en 1983, el busto está ubicado en el parque que lleva su mismo nombre, al frente del hospital San Jorge, carrera 4ª entre calles 25 y 26. Abogado y político bogotano, desde muy joven labró su carrera al punto de convertirse en un caudillo liberal de izquierda que desafió las estructuras de poder en Colombia. Es de amplio reconocimiento su debate en el Congreso de la República sobre la masacre en las bananeras ocurrida a finales de los años veinte, tras su asesinato se desató el bogotazo y una cadena de violencia que invadió tanto las ciudades como el sector rural.



Jorge Roa Martínez (1891 – 1966), realizado por Alexandra Ariza, un busto está ubicado en la plazoleta del bloque administrativo de la Universidad Tecnológica de Pereira de la cual fue su fundador y primer rector en 1960, y el otro a la entrada de la biblioteca que también lleva su nombre. Abogado, político y líder cívico, boyacense de nacimiento, hizo su vida en Pereira desde los años 20, donde promovió la Sociedad de Mejoras Púbicas y desde allí numerosos proyectos en la ciudad que lo adoptó: el batallón, la cárcel y el zoológico son testimonio de su gestión, al igual que instituciones educativas, centros de recreación, teatros y coliseos.



Juan Pablo Agudelo, se atribuye este busto al fundador del barrio Providencia. No se tienen más datos sobre él.

Son seis retratos de autoridad, todos ellos representan a hombres cuya vida se destacó por su carácter cívico, su espíritu libertario y por defender los ideales de una república, cuyo desarrollo social girara en torno a los derechos fundamentales. Y sin embargo son muchas las preguntas que surgen tras su abandono ¿estos hombres no eran otra cosa que idealistas que vivieron en una sociedad que no consigue construir su destino?, ¿será que en Colombia, los gobernantes de hoy están interesados en el desarrollo de la sociedad justa que otros soñaron?, ¿acaso la sociedad de hoy se está construyendo sobre referentes de autoridad?, ¿será que Pereira aún conserva su espíritu cívico y libertario?, ¿no existen bustos femeninos que representen para nuestra sociedad el protagonismo de la mujer en las luchas sociales a lo largo de los siglos XIX y XX?

Si hoy estas esculturas no son más que un objeto decorativo, al menos es importante dotarlos de una placa que le indique a futuras generaciones los motivos que llevaron a un grupo de pereiranos a emplazarlas en parques y avenidas. Hace falta iluminarlas, protegerlas, hacer mantenimiento a las obras de arte público y adecuar los espacios de manera apropiada, con un diseño que corresponda a las dimensiones de los bustos y al entorno en que están ubicados. Tras 200 años de independencia, quizá en otro tiempo y con otra suerte estos personajes adquieran sentido, y exista otro grupo de pereiranos que encuentren en estas formas de la memoria, inspiración suficiente para hacer de nuestras sociedades modos de ser y de vivir más justos.

- Diego Leandro Marín Ossa (Pereira 1973), Actor, Comunicador social – periodista, Magister en comunicación educativa. Docente en la Universidad Tecnológica de Pereira y la Fundación Universitaria del Área Andina. Director de la Casa del Teatro Imaginario. diegoleandro73@gmail.com

- Jackelin Castaño Cadavid (Pereira 1986), Actriz, Licenciada en artes visuales. Docente en la Universidad Tecnológica de Pereira. Productora de la Casa del Teatro Imaginario. jackelincc@gmail.com

8 comentarios:

  1. Es inaudita la manera en que nos quedamos sin memoria, la forma en que perdemos nuestra identidad y olvidamos a personas que en su momento ayudaron a que la sociedad diera un paso hacia adelante, hoy en día no nos detenemos a mi mirar o a pensar en el gran esfuerzo que otros tuvieron que hacer para que nosotros estuviéramos en el lugar en que estamos, ahora solo se pintan como rostros sin nombres golpeados por el tiempo y tirados al abandono.
    Después de leer este texto “la república desconocida” nos quedan muchos interrogantes y aspectos para ser reflexionados, uno de ellos que me llamo mucho la atención fue cuando se hace referencia a que estos grandes hombres fueron olvidados debido a que no fueron más que idealistas que vanamente imaginaron un mundo justo y libre, pues sus esfuerzos no lograron dar un efectivo fruto y se quedaron a medias en una sociedad que también ha olvidado luchar y tomar iniciativas, sociedad formada por individuos que se quedan rezagados a lo que puedan hacer por ellos, vienen y van sin asentar los pies a la tierra, sin poner razón a lo que dicen ni poner sentimiento a lo que hacen.

    ATT: xdark! XIMENA...

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  3. hola a todos.
    En verdad es una lastima que todas estas memorias de nuestros guerreros se estén quedando en el olvido,todo por nuestro afán desmesurado de luchar por causas tan perdidas, como la corrupción que día tras día se acrecienta mas y mas, o quizás por luchar contra un grupo de violentos y sangrientos que cada vez se comprueba que esta mas integrado por el personal político que por los ciudadanos civiles.
    Es necesario crear una consciencia de este patrimonio ciudadano, pues ¿Qué hubiera sido de nosotros si estos grandes personajes no hubiesen puesto su pecho para combatir tantas injusticias que se dieron en la antigüedad?. Con esta pregunta pretendo influenciar a todos los lectores para que nos apropiemos de ese sentido patrio que esta quedando en el olvido y en el abandono.

    De igual modo considero que no se le ha dado el valor que se le debe dar a la mujer luchadora y valiente del siglo XIX ya que por lo menos en Pereira no se conoce busto alguno femenino, con esto se puede ver como el machismo aun con todos estos avances científicos y tecnológicos, sigue vigente.

    Natalia Tabares Gil

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  4. Sin lugar a dudas somos una sociedad sin memoria, una sociedad incapaz de reconocerse a sí misma, somos una sociedad que ha dejado de lado los intereses comunes para inmiscuirnos en un eterno ego, un ego que ha acaparado toda nuestra atención, que nos ha cegado ante la cruda realidad que vive el pueblo, un ego por el cual vivimos, trabajamos y buscamos progresar individualmente, olvidándonos de que tenemos un vecino, un amigo o un desconocido que necesita de nuestra ayuda, somos una ciudad forjada con lagrimas, sudor y sangre de unos cuantos hombres que soñaron con un futuro próspero, con un futuro lleno de oportunidades donde la igualdad fuera el común denominador de la misma. Afortunadamente ellos ya no se encuentran presentes, porque de lo contrario sentirían vergüenza de ser nuestros próceres; sentirían vergüenza al ver el estado tan precario en el que se encuentra la nación. No me imagino que pensaría Jorge roa Martínez, un hombre que entregó todo lo que pudo, todo lo que tuvo para el progreso de la ciudad, al ver que a la universidad tecnológica de Pereira ya no podrán asistir los miles de estudiantes que hoy acuden a ella, no quiero pensar que diría al darse cuenta de que todos sus esfuerzos fueron vanos, todo porque a un grupo corruptos y descarados se les ocurrió la magnífica idea de rellenar sus bolsillos con el dinero destinado al progreso. No quiero pensar tampoco que diría Gaitán al ver un pueblo reprimido y sumiso ante el poder que ellos mismos eligieron y que el pensamiento liberal que él mismo quería infundir, murió con él el día en que unos cuantos antiprogresistas decidieron que sus políticas eran el acabose para enriquecimiento individual.
    Creo que más doloroso que el olvido de sus rasgos físicos, de sus cicatrices, de su propia fisionomía, es el olvido de las ideologías por las cuáles ellos lucharon con tesón, unas ideologías que equivaldrían al desarrollo de la totalidad de la nación y no de unos cuantos pocos.
    Por: Diego Alejandro Cardona

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  5. Este pequeño texto me hizo acordar de una clase de historia de mi colegio en Bogotá sobre la importancia de los bustos de la antigüedad y como estos adquirían un valor y un estatus entre las poblaciones en las cuales los hacían. Veo que entre las culturas antiguas entre ellas la griega le daban una suprema importancia a las esculturas de héroes que en ocasiones morían en batalla o de grandes gobernantes en este caso puedo citar a el gran Pericles y a Alejandro magno que en Atenas fueron casi hasta divinizados teniendo en cuenta que fueron personas reales y que dejaron huella hasta hoy.
    Vemos en este texto un claro ejemplo de sub desarrollo y de falta de cultura por parte de nosotros ya que no le damos importancia a estos grandes personajes que ayudaron a moldear prácticamente nuestra historia y cuya representación hace parte de nuestra identidad, nosotros que somos el futuro debemos ayudar a que este legado de esculturas no se pierda.
    ¿Qué sería de nuestra ciudad y nuestro país sin estos grandes personajes ahí les dejo la gran incógnita.?
    Muchas gracias

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  6. Las estatuas o monumentos, son representaciones de sucesos que de una u otra forma han marcado nuestras vidas. En la ciudad de pereira se encuentra una que se llama la estatua de Bolivar, donde para cada uno de nosotros en nuestro concepto, puede representar algo; por ejemplo para muchos representa libertad, valentía, honor, batalla y muchas cosas mas que solamente estan en nosotros. Las estatuas son representaciones del mundo. Richard Jimenez.

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  7. ATENTO SALUDO.

    Al observar este contenido, me doy cuenta que si nos falta una formación ciudadana en tantos aspectos, de nuestra vida diaria.No podria extrañarnos el que ni siquiera conociesemos de estos personajes tan funfamentales historicamente dentro de nuestro contexto social.
    por parte de la ciudadania no hay una conciencia, en exaltar el trabajo de unos hombres que tenian unos buenos ideales, y que sin lugar a duda hicieron grandes aportes en pro de la sociedad.

    pero de igual forma reitero, no nos debe extrañar, si se le llegase a preguntar a un joven en de la actualidad, sobre que figura representa cada estatuilla, lo que seguramente brotaran son frases de quiza no saber, señal de que desconoce totalmente los aportes de dichos autores , la parte cultural y el aporte social que estos personajes brindaron a toda la ciudadanía.
    pero no negando tan poco que me encontraba quiza como uno de esos Jóvenes. Que yo llama olvidadizos, porque nunca me habia preguntado el porque de dichos personajes. y seguro que el cambio debe empezar por el acto individual de cada uno de los que componemos esta sociedad. de lo contrario seguimos virgenes ante un pasado memorable y totalmente significativo para la sociedad pereirana.

    Por: Crithian Marín.

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  8. Diego Leandro Marín Ossa

    Cordial saludo.

    Por una casualidad pudimos conocer su interesante artículo:

    "Seis bustos en busca de autor" http://correveydilesya.blogspot.com/2010/07/la-republica-desconocida.html (consultado el 13 de enero de 2015)

    Como usted bien lo muestra, en Colombia la regla es no tener memoria, ni de los acontecimientos ni de las personas que han hecho nuestra historia.



    De los bustos olvidados de Pereira nos atañe en esta nota el sexto, que corresponde no a Juan Pablo Agudelo, sino a Rafael León Agudelo Correa (Ciudad Bolívar [Antioquia] 1885 - Medellín 1962), Ingeniero Civil de la Escuela de Minas quien es el fundador del Barrio la Providencia de Pereira, en 1946,y quien con un puñado de obreros creó la Cooperativa de habitaciones obreras económicas del Barrio la Providencia, y fue alma y nervio de la construcción de dicho barrio entre 1946 y 1955, con la idea de que con el sistema cooperativo se le pudiera hacer propietarios de su vivienda a personas de escasos recursos como realmente se logró.



    El Doctor Agudelo fue también el constructor de la carretera de Santa Helena que une a Medellín con el oriente antioqueño, y de muchas carreteras en el sur del país (en los departamentos de Nariño y Putumayo). En Pereira también construyó el edificio del Colegio La Enseñanza.



    Fue ingeniero interventor del Ferrocarril de Antioquia, militó en el partido conservador como Diputado a la Asamblea de Antioquia en 1931, Representante a la Cámara por Antioquia, entre otros


    Diego Leandro, felicitaciones por su artículo, extensivas a Jackelin Castaño Cadavid, la responsable de las fotografías.



    Atentamente,

    Juan Diego Acebedo Agudelo

    y Santiago Acebedo Agudelo

    (Nietos de Rafael Agudelo)

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