La calle es el escenario...en Manizales del alma.

Desde el 5 y hasta el 13 de septiembre de 2009, Manizales se viste de teatro. Lo más selecto de la escena dramática internacional, acompañada de espectáculos musicales, dancísticos y tantas maravillas a las que nos tiene acostumbrados la organización, será el deleite de colombianos y extranjeros que visiten el Festival. Los invitamos para que estén atentos a nuestra información y desde ya visiten la página oficial del evento: http://www.festivaldemanizales.org/flash/

Festival de cine de Bogotá

Del 1 al 9 de octubre de 2009 podrán disfrutar del Festival de cine de Bogotá. Trae lo mejor del cien, el video, el cine digital, documentales, cine infantil, y todo lo mejor del séptimo arte. Los invitamos a consultar la página oficial: http://www.bogocine.com/xxv/
XXVI FESTIVAL DE CINE DE BOGOTA Octubre 1 al 9 de 2009
BREVE HISTORIA:
El Festival de Cine de Bogotá, organizado por la Corporación Internacional de Cine, se inició en 1984 como una necesidad de premiar los logros del Cine Colombiano. Para su Segunda Edición el Festival cotejó la producción nacional con las cinematografías de los países Andinos y continuó con homenajes a las cinematografías del Caribe, Sudamérica, España, Francia, África, el Pacífico, Italia, España, Argentina, Chile, Brasil, China, Japón, Corea, Egipto y Alemania. El Festival es reconocido por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Cine, FIAPF, entidad que regula los Festivales, como un Festival Mundial especializado en películas de largometraje de Nuevos Directores.
LA COMPETENCIA
A nivel internacional, el Festival premiará a la Mejor Película, entre los directores hasta su tercera película, con el Círculo Precolombino en sus categorías de Oro, Plata y Bronce, el Círculo Precolombino de Oro al Mejor Director, El Círculo Precolombino al Mejor Documenatl, el Círculo Precolombino al Mejor Documental sobre Arte, El Círculo Precolombino al Mejor Documental sobre el Medio Ambiente A nivel nacional, se concederá el Círculo Precolombino de Oro a la Mejor Película Colombiana, al Mejor Video Argumental y el Premio Alexis a directores menores de 18 años. Este año el Festival continúa con las secciones internacionales de Cine Digital, Animación, Cortometraje y Muestra Infantil.
DISTINCION
Igualmente entregará una condecoración a una persona o entidad que se haya distinguido en el campo colombiano y/o internacional, por sus aportes a la imagen en movimiento tanto nacional como internacional.
OTRAS MUESTRAS
El Festival invitará fuera de Concurso a las películas de directores que hayan realizado más de tres producciones. Se exhibirán muestras de cine contemporáneo que reflejen la cinematografía de un país. Retrospectivas de directores reconocidos mundialmente, Muestras Especializadas y Cine Clásico.

Derivas del teatro contemporáneo. Las prácticas de hoy.

Por Diego Leandro Marín Ossa Docente de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Parece que a lo largo del siglo XX se erosionaron los cimientos de la Cultura, la Historia y el Hombre como conceptos y significados de un pensamiento único, que a golpe de razones trata de imponerse aún, por vía de las armas y los más aterradores medios de violencia simbólica y física. Sin embargo los indicios de esa compleja naturaleza humana que se manifiesta en las tensiones sociales de todas las épocas, nos obliga a mirar de múltiples formas, a interpretar las acciones, las palabras y los gestos de diversas maneras, asunto que se puede rastrear en las versiones de historia que se han construido tanto a través de los medios y soportes orales, como escritos, visuales y audiovisuales. Pero tal transformación obliga la reflexión, ayer como hoy acerca de los lenguajes, las artes, las ciencias y las religiones, sus derivas y la necesidad de asir verdades provisionales para los hacedores de un presente que cada vez más necesita de las resonancias del pasado, para destruir los ídolos del futuro o para instaurar los nuevos mitos que soporten la existencia, en tiempos y espacios intersubjetivos. Formas de ser y estar en el mundo o por fuera de él. En este sentido quiero hablar del teatro como una forma de expresión y comunicación que permanece viva, y desde la cual se convulsiona el espíritu de lo humano y lo divino en esa maravillosa simbiosis de lo sacro y lo profano. Para ello he reflexionado acerca del oficio del actor y del director de teatro quienes a comienzos del siglo XXI, acuden a formas escénicas que se constituyen en indicios de una época signada por la incomunicación y la dificultad de comprensión en todo ámbito. En este punto me parece necesario señalar que el teatro del siglo XX ha encontrado en su devenir, las formas de presentar y representar lo real e imaginario en nuestra época, de una manera tan particular que hoy rebasa los géneros y formatos a través de los que se expresa, tanto como los lugares tradicionales utilizados para su comunicación. De igual modo a través del siglo pasado rompe la concepción logocéntrica que lo enmarcó en la literatura, asunto que permitió aportes mutuos entre las narrativas literaria y escénica por mencionar un caso, pero que también sesgó la mirada de los espectadores, empresarios del espectáculo y críticos de arte que hasta cierto punto consideraron como menores, expresiones del teatro popular tan valiosas como vitales para el teatro de hoy. De igual modo el arte dramático se está liberando de las taxonomías diseñadas al interior de las academias de orientación racionalista, que lo clasificaron como parte de las artes escénicas, representativas en otros casos, del espectáculo o incluso como un área de las artes visuales, nutriendo las formas de expresión en diversas áreas artísticas pero también subordinando el desarrollo teatral, de manera que en muchos casos se ha convertido en apéndice de todas las artes y medios de comunicación que lo han instrumentalizado. Como podemos ver las formas del teatro también han enriquecido al cine, la televisión, las vanguardias de comienzo y fin del siglo XX, e incluso ha sido utilizado como instrumento didáctico en la política, la religión y la pedagogía, para llegar de manera masiva o personal a la población en la búsqueda por influir en sus percepciones y conducirlos a las acciones determinadas por cualquiera de estas fuentes de poder. Por otra parte, luego de que los críticos del arte rotularan las formas del teatro con los apelativos de teatro naturalista, realista, comercial, político, del absurdo entre tantos, de paso iban definiendo la línea que se supone marca la evolución del arte dramático de origen primitivo, del período clásico, de la edad media, moderno, de la ilustración, isabelino, del siglo de oro español, de la comedia francesa, la comedia italiana, o el nuevo teatro latinoamericano. Y por otra parte en tal definición de sus fronteras y universales se le ha asignado espacios a cada forma teatral: de calle, de sala, para títeres, juvenil, de arena, circular etc. Pese a esto, es preciso recordar la máxima de los hacedores del teatro: un actor y un espectador son suficientes para que el arte dramático sea un hecho. Hoy, cuando se habla de la disolución de las ciencias en sus postulados teóricos universales, los límites borrosos entre géneros y formatos tanto en medios de comunicación como en las artes, o de las estéticas expandidas, débiles, las investigaciones de frontera, el objeto de la obra de arte o la obra como objeto. También se dice que todo lleva implícita una representación de aquel recorte de realidad que cada uno de nosotros construimos y protagonizamos, cuando se dice que la puesta en escena opera en toda acción comunicativa humana. En este momento, quiero dejar abierta la discusión, proponiendo siete posibilidades para pensar lo que hoy podemos decir es el teatro como experiencia personal y colectiva o como medio de expresión y comunicación. El teatro hoy se concibe como:
  • Un fenómeno de minorías o colectivos de creadores que resisten ante los poderes reales a partir del trabajo comunitario y quienes privilegian la invención a través de la depuración de su oficio. Su práctica es una acción política y estética de renovación permanente.
  • Un proceso de industria cultural que determina los temas y las formas de producción, circulación y consumo de los montajes, sus directores, los dramaturgos y los actores dedicados a esta labor. Su práctica está determinada por la producción y realización en el mercado, del espectáculo como mercancía.
  • Una serie de experimentos que provienen de las tensiones propias de los primeros y los segundos que defienden su acontecer “a la deriva”, y quienes exploran nuevas formas, evitan o por el contrario buscan asidero en los referentes históricos del teatro, la cultura y las artes en general. Su práctica es hermenéutica y sus alcances rizomáticos. Son lobos esteparios.
  • Una serie de “fósiles” representados a la manera de espacios arquitectónicos que se han convertido o no en patrimonio cultural, críticos, directores, actores y dramaturgos que han perdido el centro de atracción de sus adeptos y un sector de críticos y gestores de arte y cultura quienes hacen lo posible por sostener las bases del teatro, a partir de la devoción y el culto de autor, agrupación, director, actor o dramaturgo. Sus prácticas son disciplinadas, con un espíritu de convicción inclaudicable hacia el estudio del arte y la naturaleza humana, pero radicales, conservadores e incluso fundamentalistas.
  • Una serie de grupos o colectivos que se especializan alrededor de un público, convirtiéndolo en una elite formada para la lectura de sus obras. Sus prácticas son con frecuencia un rico experimento de dramaturgia con el público, cuando no se convierten en una actividad cíclica y estéril de mutuo elogio y concesiones entre público y artistas.
  • Una serie de dramaturgias que encuentran intérpretes en diversas latitudes, a través de las tecnologías de la información y la comunicación. Sus prácticas son la indagación permanente de diversas fuentes escénicas, cuando no se convierten en la demagogia del “todo vale” a si sea irrepresentable.
  • Una de las tantas posibilidades para que los colectivos poco visibles por la sociedad en los entornos de lo público y que emergen hoy con una actitud política renovada, se apropien de lenguajes escénicos, exploren sus propias temáticas de interés, interpreten los eternos conflictos humanos en escena, localicen en su entorno particular los personajes universales del teatro de todos los tiempos y se cohesionen al menos de manera provisional a través de la expresión y los actos creativos.
Sus prácticas son “la deriva total”, la búsqueda permanente de asideros, la actividad escénica sin pretensiones de profesionalizarse en el tema. Es decir que hoy el teatro se concibe como resistencia cultural, alternativa expresiva, deriva estética, acción política, mercancía, patrimonio inmueble, patrimonio literario, forma de agrupación identitaria, elite, diálogo intersubjetivo de relatos, exploración de narrativas y experimento. Esta es la mirada que tengo sobre las prácticas del arte dramático hoy, queda abierta la discusión.
Fragmento de la ponencia presentada al I Foro Internacional de los Pensamientos Sociales y Filosóficos Contemporáneos realizado en el año 2008, por la Escuela de Filosofía de la Universidad Tecnológica de Pereira.

El teatro en la enseñanza del idioma Español y la Literatura

Por Diego Leandro Marín Ossa. Docente de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Desde una perspectiva educativa el teatro como otras artes y medios de expresión de la cultura, ha sido utilizado de diferentes maneras a lo largo de su historia social en occidente: ha servido como instrumento de control social e instrucción moral tanto en la antigüedad como en la edad media, también ha sido usado para evangelizar como sucedió en el proceso de colonización de América, en las misiones que aún se adelantan en diversos lugares del llamado tercer mundo y en los encuentros comunitarios que realizan diferentes religiones, sectas e iglesias. El procedimiento que permite un contacto directo entre actores y espectadores, hace que permanezca vivo y se dinamicen sus usos y apropiaciones culturales aún con el paso de los años. También es cierto que el teatro ha sido utilizado con fines de propagar determinada ideología: muestra de ello fue el teatro previo a la ilustración que alentó la insurrección ante el poder del clero y la monarquía, o en una época más reciente, la conformación del teatro de guerrillas en los años sesenta y setenta, en pleno furor de la contracultura no solo en Europa y Norteamérica. Para el caso de Latinoamérica se forjó el movimiento del Nuevo Teatro, fenómeno de vanguardias que aunque importó modelos en ocasiones estereotipados del arte dramático que se hacía en otras latitudes, aportó maneras de hacer teatro con referentes estéticos inquietantes para el momento y alimentó en términos políticos a los movimientos obreros, feministas y estudiantiles que sacudían al establecimiento. En otro sentido, el llamado teatro comercial, insertado en la industria del entretenimiento ha forjado una basta red para el intercambio de espectáculos, cuyos orígenes se remontan al circo romano, a la feria medieval y al deambular de las compañías que con el tiempo se han establecido en los circuitos comerciales de las metrópolis para garantizar su explotación mercantil. A grandes rasgos, el teatro y sus practicantes han sido comprados, alquilados, perseguidos, asesinados, exiliados, olvidados y admirados. Por todo esto es el arte más efímero, el más elemental, el más artesanal. Comprender sus orígenes y su naturaleza permite abordarlo en toda su dimensión expresiva, sin reducirlo a un mecanismo de control, de propaganda, moralizante o mercantil. Hoy vemos que todas estas formas de hacer uso del arte dramático sobreviven en múltiples proyectos administrados por organizaciones e instituciones de toda índole. Es necesario conocer la tradición y las fuentes desde las que se han configurado los elementos de expresión que le son propios. Hoy, el teatro sigue siendo considerado en muchos casos como un apéndice de la literatura, víctima del logocentrismo heredado de la ilustración. Pese a la exploración permanente de los artistas de las vanguardias de comienzos del siglo veinte, para identificar el lenguaje que le es propio más allá del texto escrito, la intrincada red de intereses de diversa índole, le han convertido en espectáculo visual, en una búsqueda por acercarse al lenguaje del cine y el uso de los efectos en los medios virtuales, en un recital monótono o en un experimento sin fin que la creación espontánea justifica como una manera de interpretar el relativismo cultural, como una actitud de quitarle el valor a todo para no dárselo a nada. Este se puede considerar como un síntoma de la ruptura que estamos viviendo en el combate por el dominio de la palabra y de la imagen. Lo que quiero plantear es que el teatro permite renovar el sentido de la palabra y de la imagen al mismo tiempo que la construye y la destruye. Si tenemos en cuenta los sistemas de expresión que confluyen en la puesta en escena: palabra hablada, escrita, imágenes sonoras, visuales, audiovisuales, mentales y sensoriales. La luz que define y expande espacios, los vestuarios, la utilería y los maquillajes, el tono de la voz, los gestos y posturas corporales, encontraremos la riqueza expresiva que experimentan actores y espectadores tanto en los procesos de las presentaciones como de los ensayos. En la experiencia que tengo como actor, dramaturgo y docente de teatro, tanto en escuelas, como en colegios y universidades de Risaralda, he encontrado tres modos de abordar el teatro como medio de enseñanza del idioma español y la literatura:
  • El teatro como medio para liberar la expresión oral y corporal.
  • El teatro como parte de la literatura y del conocimiento ordinario de la tradición literaria.
  • El teatro como texto sociocultural en el que confluyen variadas formas de saber, creación y transformación de la humanidad a lo largo, ancho y complejo de su historia.
Una cuarta integraría las otras tres, al punto de explorar caminos inéditos para la educación sin reducir el teatro a simple instrumento. Queda pues planteada la propuesta de conocer el origen social del arte dramático y su naturaleza, con el fin de dar mayor valor a su uso dentro y fuera del aula de clases, apropiando un medio de expresión con posibilidades muy amplias en el terreno de la pedagogía.
Fragmento de la ponencia presentada al 3er Encuentro de profesores de Español y Literatura, realizado en la Universidad Tecnológica de Pereira los días 1, 2 y 3 de Noviembre de 2006.

Festival Internacional de Teatro de Manizales en el 2008.

En el 2008 cubrimos el Festival Internacional de Teatro de Manizales. Llegamos a más de 2.500 personas, público conformado por estudiantes y docentes de las universidades del Eje cafetero. Este año aspiramos a doblar la cifra de cobertura informativa, impactando a un grupo de espectadores que gusta del arte dramático. Les brindamos una muestra de las obras que presenciamos en las salas y en las calles manizaleñas. Más adelante encontrarán toda la información del Festival 2009.

Taller Básico de Arte Dramático Asociación ACE

Maestro Diego Leandro Marín Ossa Tres módulos de 12 horas cada uno Sábados de 9am a 12m
  1. Módulo uno – introducción al arte dramático
  • - Actuación
  • - Expresión oral y corporal
  • - Construcción de personaje
  1. Módulo dos – puesta en escena
  • - Estudio de la obra
  • - Dramaturgia del actor
  • - Montaje y presentación
  1. Módulo tres – profundización
  • - Electiva de actuación
  • - Electiva de personaje
  • - Electiva de dramaturgia
Requisitos: Pago en efectivo de $80.000 por módulo Matrícula $20.000 por módulo
No incluye materiales de lectura, maquillaje, vestuario o cualquier otro elemento solicitado para las clases, montajes o las presentaciones.
Incluye: Certificado Espacio para las clases Proceso de matrícula: Antes del primer día de clase se pagará la matrícula y el costo total del módulo, se debe llenar el formato de matrícula con datos y fotografía tipo documento del estudiante. Se requiere fotocopia del documento de identidad. La asociación social y cultural ACE es una entidad sin ánimo de lucro que realiza entre otras actividades, la formación artística de la población colombiana. El profesor Diego Leandro Marín Ossa es actor con TP 2681 del MEN obtenida en 1996, fue reconocido con Beca Nacional de Creación para Teatro en 1995, es docente de lenguaje, medios de comunicación, semiótica, teorías de la imagen, video y televisión en la Universidad Tecnológica de Pereira, es candidato a Magister en Comunicación Educativa. Tiene 15 años de trayectoria nacional en el teatro de marionetas, mimodrama, narración oral, teatro para calle y sala. La productora general, Jackelin Castaño Cadavid, es Licenciada en Artes Visuales de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Tecnológica de Pereira donde trabajó como asistente de cursos de extensión. Tiene formación como actriz de teatro, ha dirigido proyectos de exposición en la Pinacoteca de la Universidad Católica Popular del Risaralda en la que orientó durante varios años la asignatura de Apreciación Artística, coordinó allí el colectivo APRECIARTE.

Teatro Imaginario

Es una agrupación de teatro de sala, títres y pantomima. Creada desde 1999 y conformada por Diego Leandro Marín Ossa y Jackelin Castaño Cadavid, quienes actúan y dirigen las puestas en escena que llevan a cabo.
Han realizado temporadas en diferentes ciudades del país y su actividad se centra en barrios de Pereira desde el año 2005. Además adelantan la realización del Taller básico de arte dramático los días sábado en convenio con Comfamiliar Risaralda. Se destacan las obras Clitemnestra o el crimen, basada en el relato de Marguerite Yourcenar, Sólo la muerte, basada en un poema de Pablo Neruda, Amores solitarios, pantomimas clásicas y otras de su autoría, El temor de Beto y Bety, Un encuentro familiar, Un día de suerte en la vida de Paco, Iba Mateo para la escuala, obras de títeres de su autoría y Canción de navidad de Charles Dickens. Hoy en día son apoyados por la Asociación social y cultural ACE: Arte, comunicación y educación.

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